Sí a la vida
Artículo
26 de febrero 2022
Sí a la vida
Hace unos días ocurrió algo en nuestro país que llenó de indignación a la gran mayoría, la Corte Constitucional de Colombia despenalizó este lunes el aborto hasta las 24 semanas de gestación (6 meses). Como cristianas, conscientes que la vida es un don de Dios, no podemos quedarnos indiferentes ante un hecho como eso.
Definitivamente podemos calificarlo de asesinato, en realidad, no tiene otro calificativo, aunque algunos quieran justificarlo, alegando infinidad de motivos, algunos de los cuales se caen por su propio peso. Estamos en contra del aborto en cualquier etapa del embarazo, desde que se da la concepción hay vida, pero a los siete meses es algo completamente atroz. Un bebé a los seis meses ya puede vivir fuera del vientre materno. Infinidad de seismesinos se han desarrollado y crecido normalmente.
El aborto, es parte esencial del mal llamado feminismo, en su agenda ocupa los primeros lugares. Consideran que la mujer tiene todo el derecho sobre su cuerpo. Pero olvidan que la mujer está decidiendo sobre otra vida, independiente a la suya, la de su propio hijo. Están vendiendo la idea que el feto no es un ser humano todavía y que es sólo un conjunto de células. Obviamente no estamos de acuerdo con ello, pero si ese fuera un argumento válido, un feto de seis meses ya está completamente formado, hace meses atrás que dejó de ser sólo el conjunto de células, como los defensores del aborto dirían.
Las feministas defienden el derecho al aborto a capa y espada y han luchado para que en muchos países se legalice. No debe asombrarnos porque el enemigo vino a matar, a destruir y quiere empezar con los niños. Es triste ver como los índices de abortos son muy altos. En las escuelas a las jovencitas sólo les hablan de la protección de enfermedades de transmisión sexual y de evitar los embarazos, olvidando los valores y principios cristianos.
Sólo Dios es el dador de la vida y tiene derecho sobre ella. En el Salmo 139 David explica como Dios lo fue entretejiendo en el vientre de su madre. Ni la madre, ni el padre tienen derecho sobre la vida de su bebé.