Él pagó el precio de nuestros pecados
Isaías 53: 6
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
La sangre de Jesús pagó el precio de mis pecados y los tuyos. Un hombre íntegro, sin pecado alguno, sin falla, perfecto en todo, sin embargo enjuiciado de la manera más vil y deshonesta, tratado como el peor de los ladrones o asesinos, hecho burla de todos, despreciado como algo sin valor, sin embargo Él no abrió su boca, no dijo nada, no se defendió, pues Su misión era morir en nuestro lugar.
El Hijo de Dios ocupó nuestro lugar, recibió cada castigo por nosotras, sin merecerlo, sin tener porqué, simplemente porque volutariamente aceptó hacerlo, simplemente porque nos amó (Isaías 53:6) ¿Quiénes éramos nosotras para merecer tal muestra de amor?, ¿Para que Dios viniera a morir en mi lugar? Ahora valgo mucho, ahora vales mucho, ahora valemos la sangre de Cristo, Su sangre derramada en la cruz del calvario es el precio que paga nuestra deuda de pecado.
El precio pagado por nosotras es la cruz, ahora le pertenecemos. Nuestro valor es fijado de una vez por siempre, y nunca podemos cambiarlo ni disminuirlo. Dios pagó el precio más alto. Ya no debes nada, el precio por tu pecado y mi pecado, ha sido pagado, ya no tienes que morir por él, la Biblia nos dice que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6: 23) . El Justo murió en nuestro lugar.
Cuando pienso en todo lo que Dios hizo y sufrió por mi, sinceramente me conmuevo, pensar en todo lo que hizo por amor a mi y más aún pensar en que jamás hizo algo malo para merecerlo. Sin embargo se puso en mi lugar, eso y más me lleva a expresar mi gratitud y anhelar rendir mi vida ante Él.
¿Qué significa que Jesús pagó por nuestro pecado?
¿Cómo debo responder a ese sacrificio?
Dios te bendiga
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