Una vida de oración disciplinada y constante
Daniel 6: 10
Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
La vida del Profeta Daniel es un ejemplo de una vida de oración disciplinada y constante. En Daniel 6, cuando las autoridades emiten un edicto para prohibir la oración pública o privada, él no se va a la clandestinidad, continúa orando como siempre lo ha hecho y está dispuesto a pagar las consecuencias, como en efecto le ocurrió, al ser echado al foso de los leones, de donde Dios lo rescató.
La Biblia es muy clara cuando dice que Daniel continúa orando sobre sus rodillas tres veces al día, como tenía la costumbre. La disciplina espiritual que Daniel había establecido con anterioridad, lo sostuvo durante toda su vida, le dio la fortaleza que necesitaba. Se rehusó a ser intimidado por las amenazas de los que ostentaban el poder, se rehusó a adorar a ningún otro "dios", determinó seguir orando y confiando en el Señor.
No importa cuán demandante sea tu día, aparta un tiempo para estar en oración delante de Dios; el secreto de Daniel para una vida victoriosa, consistiò en ese tiempo de oración, en esa intimidad que tuvo con Dios cada día. De manera consciente elimina lo que te impida estar con el Señor, así sea apartando unos cuantos minutos diarios.
Hagamos de la oración un hábito. Un hábito es una conducta que es regular y repetitiva, una práctica permanente. De la manera que incluimos en nuestra cotidianidad algunas prácticas de higiene o de estudio y trabajo, incluyamos nuestro tiempo de oración como algo vital para nuestra vida espiritual.
¿Qué podemos aprender de la vida de oración del profeta Daniel?
¿Qué puedo hacer para hacer de la oración un hábito?
Dios te bendiga
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/3nQpgZ0IvQM
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