Una cosa te falta
Marcos 10: 21-22
21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
En Marcos 10:17-22, vemos la historia de un joven que se presentó ante Jesús para preguntarle qué tenía que hacer para heredar la vida eterna. Sin embargo, este joven era rico, y estaba apegado a su riqueza, y es esta dependencia a la que Jesús vio como una deficiencia. “Una cosa te falta…” le dijo Jesús. Luego, le hizo dos ofertas. En la primera, Jesús le ofreció al joven que renunciara a sus riquezas a cambio de los tesoros en el cielo. La segunda oferta fue: “Ven, sígueme”. Era una oferta para hacer a Jesús su mayor tesoro. Reemplazar lo efímero por lo eterno.
Desafortunadamente, para el joven, su riqueza era aquello sin lo que no podía vivir, era su tesoro intocable. En realidad su pérdida era aún mayor. Al elegir aferrarse a la riqueza terrenal como su pérdida irreparable, resultaría en su pérdida infinita y eterna ya que perdería no solo los tesoros eternos en el cielo, sino también la vida misma.
El joven dio la espalda y se alejó de Jesús afligido y triste. ¿Por qué? Porque se dio cuenta de que su esperanza en el simple cumplimiento de los mandamientos no era suficiente. Quizá esperaba que, mientras pudiera cumplir los mandamientos, Dios no tocaría su riqueza que era lo más importante para él ¿Cómo iba a desprenderse de cosas que ni siquiera había imaginado? Mientras el joven se alejaba, podemos imaginar los ojos tristes del propio Jesús, mientras veía al joven que le había dado la espalda , a pesar de que Él era digno de ser el mayor tesoro de todos.
Seguir a Jesús es costoso. En Lucas 14:33, Jesús lo deja claro. Dice: “Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser mi discípulo”. El verdadero discipulado es una vida en la cual Jesús es lo más importante y el tesoro intocable. Un verdadero discípulo de Jesús hace de Él su prioridad.
¿Cuál es tu tesoro intocable?
¿A qué debo dejar de aferrarme para hacer de Jesús mi prioridad?
Oración:
Señor, que pueda hacer de ti mi prioridad y no tema soltar osas que pueden ser muy importantes para mí. En el nombre de Jesús, Amén.
Dios te bendiga
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