Preocupación innecesaria
Texto bíblico: Filipenses 4: 6 - 7
6 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
La preocupación es como una mecedora, nos ocupa, pero no nos lleva a ningún lado, en realidad es una pérdida de tiempo, al respecto Jesús dijo: “¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?” (Mateo 6:27).
Además, la preocupación ocasiona daños físicos y emocionales, afecta la presión sanguínea, el sistema endocrino, el sistema nervioso, el sistema inmunológico, daña profundamente el corazón, entre otras afectaciones relacionadas con la ansiedad y el estrés.
Cuando la Biblia nos dice que no debemos preocuparnos, no se trata de una sugerencia, se trata de una orden. La preocupación, la ansiedad, el afán, son mencionados específicamente veinticinco veces en el Nuevo Testamento como algo que debemos evitar.
¿Por qué la Biblia es tan categórica con respecto a que debemos evitar el afán, la ansiedad y la preocupación? Porque la preocupación es una falta de dependencia y fe en el Señor, y se convierte en un obstáculo en nuestra relación con Dios. Hace que desviemos nuestros ojos de Jesús.
Filipenses 4: 6, nos exhorta a no inquietarnos por nada, sino que cada cosa que nos preocupa, se convierta en un motivo de oración. La promesa es que Su paz guardará nuestros corazones y pensamientos.
La próxima vez que algo nos inquiete, acerquémonos al Señor en oración y preséntalo como una petición ante Él. Tal vez no es lo más fácil, pero sí lo más efectivo. Más oración, menos preocupación.
¿Haz ganado algo preocupándote?
Enumera las cosas que te inquietan y hazlas motivos de oración ante el Señor
Dios te bendiga
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/xUD1pcXa5Gw
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