Pidiendo adecuadamente
Santiago 4: 2b - 3
2b No tienen, porque no piden. 3 Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.
Santiago 4: 2b, nos recuerda el gran poder de la oración, y el motivo por el que una puede vivir, innecesariamente, como indigente espiritual: simplemente por no orar, o no pedir de manera adecuada. En Mateo 7: 7-11, Jesús nos insta a pedir: pedir y se os dará. (Mateo 7: 7).
Si poseemos poco de Dios y de su reino, es casi seguro que hemos pedido poco. Aunque Dios sabe lo que necesitamos, aún antes de que se lo pidamos, Él desea que nos acerquemos ante Su trono y llevemos nuestras peticiones con confianza. Él se agrada, que como hijas, le pidamos, cómo buen padre se complace en dar buenas cosas a quienes le pidan (Mateo 7: 11).
Después de tratar el problema de la falta de oración, ahora Santiago trata el problema de la oración egoísta, Santiago 4: 3, expresa que no sabemos pedir, pedimos de manera egoísta, para satisfacernos a nosotras mismas. ¿Cuál es nuestra motivación al pedir? ¿Nos mueven solamente deseos egoístas?
Debemos recordar que el propósito de la oración no es persuadir a Dios a hacer nuestra voluntad. El propósito de la oración es alinear nuestra voluntad con la suya y, en asociación con Él, pedirle que cumpla su voluntad en esta tierra y en nuestra vida (Mateo 6:10). Nuestra oración no es para que Dios conceda nuestros caprichos. La oración que Dios concede es aquella que está de acuerdo a su voluntad (1 Juan 5: 14). Cuando oramos así, tendremos la certeza que recibiremos la respuesta.
¿Cuál podría ser una petición egoísta?
¿Qué debemos pedir siempre?
Dios te bendiga
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link:https://youtu.be/pNY603v47G4
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