Nuestro todo
Eclesiastés 12: 13
3 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Eclesiastés es un libro donde su autor, el rey Salomón, se sienta a reflexionar sobre todos los aspectos de la vida. Reflexiona sobre aquello a lo que los seres humanos solemos darle mucho valor. Cosas que ocupan nuestro tiempo, fuerzas y energías. Cosas por las cuales nos cargamos de ansiedades. Cosas por las que nos preocupamos demasiado. Dice que se ocupó de hacer crecer sus bienes trabajando desmedidamente para ello. Concluyó que era un buen regalo de Dios; pero que aún mejor regalo divino es poder disfrutar el fruto de ese trabajo.
También se ocupó de crecer en sabiduría, inteligencia y conocimiento y declaró que todo eso era vanidad, o como lo dicen algunas versiones “es como querer atrapar el viento con las manos". Usó de todos sus sentidos para el placer. No se limitó en nada. Degustó de todos los manjares que podía comer, miró todo lo que quiso ver, y se entregó a todo tipo de placer que se le ocurrió vivir. Concluyó que aún todo eso no lo llevó a la plenitud de vida que él buscaba.
Todo en la vida es pasajero. Ninguna cosa que hagamos nos podrá llevar a la plenitud de vida que buscamos. No hace falta negarse a nada de lo que ella nos ofrece. Pero debemos saber que cada cosa tiene su tiempo y su lugar. Y que toda obra será juzgada por el Señor Al finalizar su discurso en Eclesiastés 12:13, nos enseña que lo más importante es temer al Dios. Es andar en el reconocimiento de la grandeza, magnitud, tamaño, fuerza, poder y santidad de nuestro Dios obedeciendo sus mandamientos, en otras palabras temer al Señor.
Temer al Señor es considerar a Dios por encima de todo y de todos. Temer al Señor es hacer lo que es correcto a Sus ojos, incluso si eso significa que el resultado probablemente no será lo mejor para nosotras. Eso es lo que de verdad hace completo al ser humano. Eso es “el todo del hombre”. Es lo que realmente nos da plenitud. Nuestro “todo” es temer y obedecerlo. Allí está el sentido de nuestra existencia.
¿Qué concluye Salomón al final del Eclesiastés?
¿Qué es temer a Dios?
Oración:
Señor, gracias porque en Tu Palabra nos muestras dónde podemos encontrar plenitud y sentido a nuestra vida, y quiero encontrar ese sentido al vivir en obediencia a tí, Amén
Dios te bendiga
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