No te guíes por tus emociones, ni tu prudencia
Proverbios 3:5 -6
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
¿Cómo dirigimos nuestra vida? ¿En qué basamos nuestras decisiones? ¿Nos dejamos llevar por nuestras emociones o usamos la sabiduría divina? Las emociones son maravillosas, Dios nos hizo seres emocionales. Pero su naturaleza variable y pasajera impide que las utilicemos para basar en ellas nuestras decisiones. Las emociones son capaces de subirnos a la cima un día y al siguiente dejarnos completamente por el suelo, podemos compararlas con una montaña rusa.
Las emociones tienen la capacidad, incluso, de hacer más profundas las heridas del pasado sumergiéndonos en la angustia, el rechazo, la autocompasión o de hacernos ver futuros gloriosos que pueden llenarnos de esperanza y valor o por el contrario pueden llenarnos de temor o incertidumbre. De allì que no es sabio que nuestras emociones dirijan nuestras decisiones y nuestras vidas.Tampoco debemos guiarnos por nuestra propia prudencia, es engañosa. Podemos creer que sabemos todo, cuando en realidad podemos estar equivocadas.
En contraste con las emociones y nuestra propia inteligencia, está la sabiduría de Dios, que espera el momento adecuado para actuar, prevee las consecuencias a largo plazo y elige lo mejor y lo que dura para siempre. Elijamos el camino de la sabiduría y el de la inteligencia para lograr estabilidad y equilibrio en nuestra vida. Las emociones sólo nos darán destellos de felicidad, la sabiduría nos dará el verdadero gozo. Proverbios 1: 7, nos da el secreto de la sabiduría, el temor al Señor.
Controlar nuestras emociones y no permitir que ellas nos controlen a nosotras, nos pondrá en la dirección correcta a donde Dios quiere que vayamos. No debemos creernos sabias en nuestra propia prudencia, sino más bien confiar en el Señor y reconocerlo en todos nuestros caminos (Proverbios 3:5), es una excelente exhortación que el proverbista nos hace para que el Señor enderece nuestras sendas. Recuerda que la sabiduría divina es infalible y podemos con toda confianza buscar la guía y dirección del Señor.
¿Por qué no es sabio dejarnos guiar por nuestras emociones?
¿Qué debemos hacer antes de tomar decisiones?
Dios te bendiga
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