No necesitas invitación
Hebreos 4: 16
¿Irías a ver a un alto dignatario como un presidente o quizás un rey, sin tener una invitación o una cita previa? Con toda seguridad, no te atenderán. Ellos siguen un protocolo muy estricto y tienen sus audiencias concertadas con anticipación, y por lo general el acceso a estas personalidades es muy complicado.
La hermosa reina Ester, se enfrentó al dilema de entrar a la presencia de su esposo, el rey Asuero, sin ser llamada; lo cual no estaba permitido, ni para ella como reina. Sólo si el rey la mandaba a llamar podía presentarse ante Él. A menos que extendiera el cetro de oro, en señal de gracia podía permanecer delante del rey, de lo contrario podría morir. Ester halla gracia ante el rey y él extiende su cetro y le permite, no sólo estar ante él, sino que le expresara su petición. Así pudo ella pedir por la salvación del pueblo judío, al cual pertenecía, como leemos en Ester 4.
Hoy, tú tienes acceso ilimitado y sin necesidad de invitación, al mismo trono de Dios. Antes sólo el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo, que era la misma presencia de Dios, era un lugar inaccesible para el pueblo.
Gracias al sacrificio de Jesús podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia (Hebreos 4:16). El rey del universo está disponible para tí, te está esperando para tener una cita contigo, para darte una audiencia. No sólo te espera, anhela que te acerques con libertad y toda confianza, y promete darte la ayuda que necesitas.
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/SYawayvyjoY
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