La mansedumbre, un fruto apacible
Gálatas 5: 22-23
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
La mansedumbre es humildad, docilidad, suavidad en el trato. La mansedumbre es una gracia porque no la podemos poseer por nosotras mismas; es una obra exclusiva del Espíritu Santo. es un aspecto del fruto del Espíritu. Es una cualidad que Dios aprecia profundamente.
La máxima expresión de la mansedumbre es Jesús,“aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mateo. 11.29). Ser manso no tiene nada que ver con ser tonto o dar señales de debilidad, como muchos podrían pensar. No hay insensatez alguna en la mansedumbre, al contrario, el que es sabio será manso Actuar en mansedumbre siempre será una respuesta en búsqueda del beneficio de los demás y actuar de esta manera principalmente hará que nos parezcamos más a Jesús..
La mansedumbre no es debilidad de carácter, al contrario, una persona que no reacciona de manera violenta o airada posee un carácter fuerte que antepone la virtud ante el deseo carnal. Generalmente no es fácil actuar con mansedumbre, sin embargo no es imposible ser manso, si el fruto del Espíritu está presente y somos responsable de evidenciarlo.
Cuando actuamos con mansedumbre cedemos por amor hacia los demás, actuamos en beneficio de otros porque la mansedumbre es lo opuesto a los arranques de ira, la impulsividad y el trato áspero y tosco hacia las demás personas. Como mujeres que amamos al Señor, y deseamos hacer Su voluntad, debemos desarrollar esa mansedumbre de Cristo tanto en las reacciones externas como también en las reacciones internas, sometiéndonos a Su señorío y dejando con humildad que Él pueda desarrollar en nosotras ese carácter afable y apacible que es de tanta estima ante Sus ojos.
¿Qué es la mansedumbre en la Biblia?
¿Cómo se evidencia la mansedumbre en el carácter del cristiano?
Oración:
Señor, Tú dijiste que aprendiéramos de ti, que eres manso y humilde de corazón, que Tu Espíritu Santo obre en mí el fruto de la mansedumbre en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
Dios te bendiga
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