La desobediencia trae consecuencias
Deuteronomio 30: 19
Cuando tenía 9 años asistí a un campamento con las niñas del colegio, fue en una finca, a 12 kilómetros de la ciudad. Todo era muy agradable y tranquilo. No imaginábamos que recibiríamos, de parte de unas abejas, una gran lección de obediencia.
Nos habían advertido que no nos acercáramos a un árbol de naranjas, eran agrias, así que lo mejor era no intentar comerlas. Sin embargo, no obedeciendo esta orden, un grupo de niñas empezó a tirar piedras al árbol para tumbar las naranjas, ignorando que ahí había un enjambre de abejas, que nos atacaron. Fue todo un caos, niñas gritando y corriendo de un lado para otro. Una de las niñas mas grande, me tomó de la mano y nos metimos en una de las carpas, y así escapamos de ser atacadas por las abejas.
Las consecuencias fueron muy desagradables: dos niñas y una maestra fueron llevadas al hospital, y la gran mayoría adoloridas por las picaduras. Lo que había comenzado como un tiempo muy bonito, terminó como una experiencia no muy buena en realidad.
La desobediencia tiene consecuencias desastrosas, y no podemos ignorarlo. Adán y Eva, fueron expulsados del paraíso, y lo más triste, perdieron su comunión con Dios, al desobedecer Su mandato. Él les había dicho que el único árbol que no podían comer era el de la ciencia del bien y del mal. Ellos desobedecen, y el pecado trajo nefastas consecuencias, la más terrible de todas: la muerte espiritual, que alcanzó a toda la humanidad. (Génesis 3)
Dios pone la obediencia y la desobediencia en términos de vida y muerte, Deuteronomio 30:19. Obedecer trae bendición para nuestra vida. Dios nos permite elegir entre la bendición y la maldición. En nuestras manos está, escojamos la bendición y la vida, obedeciendo los preceptos del Señor.
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/l91gtxMc-QU
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