En Jesús encontrarás absoluta perfección
Marcos 7.37b
37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo;Cuando consideramos lo lejos que estamos de ser ideales o perfectas por muy trabajadoras y bien intencionadas que seamos, fallamos, pecamos constantemente, debemos reconocer que tu y yo necesitamos desesperadamente un Salvador. Por eso miremos a Jesús, quien no tiene áreas débiles, es totalmente ideal, perfecto, posee toda gracia y virtud. Nunca hemos visto en ninguna otra persona la perfección pura. Es casi imposible imaginar tal perfección. Sin embargo, todo eso se encuentra en Jesús.
El también guardó la ley de Dios perfectamente. No sólo no cometió un solo pecado, sino que la perfección de Jesús fue más allá de la mera omisión del pecado. Cumplió el mandato de la ley en cada momento de cada día y fue más allá para cumplir el propósito detrás de la ley. Se podía escuchar a la gente decir: “Todo lo ha hecho bien” (Marcos 7: 37b). No pudieron evitar notarlo.
Tenemos en Él lo más hermoso del mundo, la más deseable de todas las posesiones: la relación más maravillosa que un ser humano jamás podría esperar tener con alguien. Cuando tenemos a Jesús, tenemos todo lo que realmente necesitamos, no sólo para hoy, sino para la eternidad. Nunca encontraremos la perfección en cualquier otro lugar.
Considerar a cualquier otra persona como modelo ideal es decepcionarnos sin lugar a dudas. Si buscas encontrar satisfacción absoluta en cualquier cosa o persona (tu esposo, tu hogar, tu trabajo, en ti misma) verás deficiencias. Aunque veas muchas cualidades impresionantes y deseables allí, las deficiencias que ves te recordarán que esa persona u objeto nunca podrá ser todo lo que tú pudieras necesitar. Pero mira a Jesús, sólo Él superará tus mayores esperanzas, tus más grandes expectativas. Mira a Jesús y te encontrarás en presencia de la perfección absoluta.
¿Qué cualidades admiras más en Jesús?
¿Cómo podría un mayor enfoque en la perfección de Jesús atenuar tu decepción con los demás y contigo misma?
Oración:
Señor, no alcanzan las palabras para expresar lo maravilloso que ere Jesús. Eres perfecto. No tengo que buscar en ningún otro lado con la esperanza de ser satisfecha. En Tí tengo todo lo que necesito. Que mi vida refleje Tu belleza a un mundo desesperado por Tu gracia. En el Nombre de Jesús, Amén.
Dios te bendiga
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