El toque del maestro
Marcos 1: 40-45
Versículo destacado
41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
El ópalo es una piedra preciosa que al verla en una joyería, preguntaremos por qué está allí. Es opaco, sin lustre, y sin hermosura. Pero si lo colocamos por un instante en la mano, brillará exhibiendo todos los colores del arco iris. Necesita el calor de la mano humana para poder lucir su hermosura. Lo que hace la diferencia es un toque.
En Marcos 1: 40-45, nos narra la historia de un hombre que sufría de lepra, él se acerca a Jesús y le ruega que, si quiere, lo limpie. Jesús lleno de misericordia lo toca y recibe sanidad. Así como el ópalo necesita de una mano que se extienda y lo toque para brillar, para este hombre el toque del Maestro hizo la diferencia.
Su toque parece imprudente, porque tocar a un leproso podría contaminar a Jesús, los leprosos estaban lejos de los demás, por ser la lepra altamente contagiosa, y al estar ritualmente impuro, tocarlo lo convertía en impuro. Por el contrario, el toque de Jesús lo hace limpio (física, espiritual y socialmente).
Jesús le manifestó con ternura Su amor. Eso es el puro amor de Dios. Un leproso, marginado de la sociedad, recibe una respuesta de Dios, más allá de lo que tal vez imaginaba, fue “tocado” por el Señor mismo. Era todo lo que necesitaba para que su vida fuera transformada, para asegurarse del amor del Señor. De un aspecto repugnante y en soledad, fue totalmente restaurado. El amor y el poder de Jesús hicieron la diferencia.
¿Qué hizo Jesús para demostrar amor y aceptación al leproso?
¿Qué diferencia hizo el toque de Jesús en el hombre enfermo de lepra?
Dios te bendiga
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/Sh6j3BV7E3s
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