El Señor quiere guiar tu caminar
Isaías 48:17
17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.En Éxodo 13:21, leemos que cuando el pueblo de Israel caminaba por el desierto, Dios los guió con una nube de día y columna de fuego de noche, hacia donde no podían ver, hacia lo desconocido, un camino nuevo para ellos y protegiéndolos de día y de noche. Paso a paso, fueron sostenidos, dirigidos y vieron la provisión de Dios. Él le mostró el camino que debían seguir.
Muchas veces deseamos avanzar rápidamente y en línea recta, como un viaje rápido y sin contratiempos. Pero casi nunca funciona así, ¿verdad? Hay giros y vueltas inesperadas, momentos desconcertantes y difíciles. El viaje rara vez avanza como pretendemos. Entonces nos quejamos, y lamentamos por las circunstancias Debemos recordar que es el Señor quien nos lleva a donde debemos ir. Así dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña para tu beneficio, Que te conduce por el camino en que debes andar (Isaías 48:17).
Dios dirige nuestros pasos y los hace seguros. Está bien admitir que tenemos miedo o estamos fuera de nuestro elemento. Dios quiere escuchar el clamor de nuestros corazones; Él quiere consolarnos, animarnos y fortalecernos a través de nuestros tiempos de lucha. Cuanto más fuera de lugar nos sentimos, más podemos apoyarnos en Dios, quien nos ha dado todo lo que necesitamos en el camino. Dios nos enseña una confianza más profunda qué nos acerca a Su corazón, incluso si pasamos por el desierto.
Cuando nuestros pasos parecen tambalear y se nos dificulta avanzar, Dios quiere sostenernos, dirigirnos y aún consolarnos. Como lo hizo con el pueblo de Israel durante su travesía en el desierto Él está ahí para sustentarte en cada temporada de tu vida.
¿Te ha dirigido Dios a una temporada de incertidumbre e incomodidad?
¿Puedes ver a Dios todavía proveyendo para ti y guiándote hacia adelante?
Oración:
Señor, gracias porque Tú vas conmigo y delante de mí, preservando mi vida y dándome exactamente lo que necesito. Gracias por Tu cuidado y porque me guardas aún en medio del desierto. En el Nombre de Jesús, Amén.
Dios te bendiga
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