El Padre anhela nuestra oración
Mateo 7:7-8
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Nuestro Padre celestial se deleita al escuchar nuestras peticiones. Él no se siente frustrado con nuestra persistencia, ni se molesta cuando pedimos con audacia. Él disfruta escuchar nuestras oraciones y darnos buenas dádivas (Mateo 7:11). Necesitamos entender más profundamente el amor increíblemente generoso de nuestro Padre. Nos anima a pedir y nos dice que al que pide se le dará (Mateo 7: 7-8).
Jesús nos muestra el corazón del Padre. Cuando Jesús nos enseñó a orar, Él nos invitó a pedir audazmente: “Danos hoy el pan nuestro de cada día” (Mateo 6:11). Incluso nos animó a pedir lo que necesitamos, aunque de antemano Dios sabe nuestras peticiones. También le recordó a Sus discípulos: “pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!” (Juan 14:14). ¿Ves? ¡Cualquier cosa! ¡Tremenda invitación!
¿Esto significa que Jesús nos va a dar todo lo que le pidamos en oración? No. Sin embargo, podemos estar seguras de que nuestra persistencia no lo molesta ni lo frustra. Él nos invita a continuar pidiéndole y nos da lo que es bueno y más conveniente para nosotras
Jesús te invita a acercarte y pedir con audacia, confiando en que Él te escuchará y te dará lo mejor. Nuestro Dios es un Padre que amorosamente inclina Su oído para escucharnos (Salmo 116:2). Nos invita a que pidamos sin temor.
¿Cómo te hace sentir el saber que Dios se “inclina para escucharte”?
¿A qué te debe llevar la invitación de Jesús de pedir y se dará?
Dios te bendiga
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