El adorno de una conducta agradable - 18 de Octubre 2023

El adorno de una conducta agradable

1 Pedro 3: 3-4

Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. 4 Más bien, que la belleza de ustedes sea la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu humilde y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios.

Hoy, más que nunca, nuestra sociedad vive bajo estereotipos dados por el sistema de valores de este mundo y se hace énfasis en el cuidado del cuerpo de una manera exagerada, es bueno cuidarnos con una vida saludable; pero no debemos caer en la obsesión por la belleza del cuerpo perfecto, hasta caer en la superficialidad. A veces la preocupación va dirigida a nuestro aspecto externo solamente y olvidamos por completo cultivar las actitudes internas que son el verdadero ornato de las mujeres de Dios. La verdadera belleza comienza por dentro. La única manera de embellecer el alma es con las virtudes del Espíritu Santo de Dios, Gálatas 5:22-23.

La Biblia nos habla que nuestro adorno debe ser una conducta espiritual que honra a Dios. Es una vida hermoseada por la presencia de Cristo en nuestra vida. ¿Cómo podemos adornar nuestra conducta? Con un lenguaje amable, que hable lo recto con sabiduría, con un rostro que refleje gozo y paz, con un carácter afable y apacible que ha sido moldeado por el Espíritu Santo, con una vida de pureza basada en el amor y reverencia ante el Señor; reconociendo que somos el templo del Dios viviente.

Las apariencias engañan, podemos ser muy hermosas por fuera, pero nuestro corazón puede estar contaminado de cosas que a Dios no le agradan. Dios no mira la apariencia externa, Él mira el corazón.1 Samuel 16:7 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.

Como muchas personas, Samuel no tenía otro criterio de evaluación para escoger al futuro rey de Israel que la apariencia física, pero aquí aprendemos que sólo Dios mira el corazón, el hombre no puede más que mirar lo que está delante de sus ojos. Dios mira o ve aun nuestros más íntimos pensamientos; Dios nos conoce interiormente, esforcémonos por vestirnos con un ornato incorruptible, que no es algo transitorio, que es agradable y manso como Cristo, que es de gran estima delante de Dios,1 Pedro 3:4

¿Qué es lo que realmente mira al Señor?

¿Cómo podemos cultivar un interior hermoso y agradable delante del Señor?

Oración:

Señor, quiero cultivar que mi conducta sea mi verdadero atavío y no el externo, ayúdame a hacerlo, en el nombre de Jesús, Amén.

Dios te bendiga