Dios sana tus heridas
Salmo 147: 3
3 Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.¿Te imaginas que barrieras tu casa y en lugar de recoger y depositar el sucio en la basura, lo juntarás debajo de un tapete o alfombra?. ¿Estaría realmente limpia tu casa? Seguramente no lo harías. Pero a veces hacemos algo parecido con las heridas y ofensas que recibimos de los demás.
En lugar de tratarlas adecuadamente, las ignoramos, las ocultamos y hacemos como si no hubiera pasado nada. Esa actitud no ayuda mucho porque en algún momento, esa herida no tratada, al igual que las heridas físicas, empezaran a infectarse y se convierte en un problema mayor, pueden convertirse en resentimiento.
Las heridas del alma son imperceptibles a la vista, pero pueden ser más dolorosas que una herida física profunda; las mismas son efectos de diferentes causas, y lo importante es aprender a superarlas. Hay heridas fáciles de curar y superar, pero otras requieren un proceso complejo de sanidad.
El Salmo 147: 3, nos dice que Dios es quien sana las heridas del alma, Él mismo venda esas heridas. Dios tiene tal cuidado de nosotras, como un médico experimentado cuida nuestra alma y corazón. Sabe lo que hace y cómo lo hace. Conoce tan bien nuestro corazón y tiene el poder para sanar y restaurar nuestros pensamientos, emociones, afectos, deseos e inclinaciones de la voluntad; todo nuestro ser. Como dijo alguien: «El que te hizo te puede componer».
Tiene absoluta soberanía sobre nuestras heridas, sabe cómo tratarlas. Al exponerlas ante el Señor, Él mismo puede hacerse cargo de ellas y traer verdadera sanidad.
Toma un tiempo para reflexionar qué heridas dañan tu corazón?
¿Qué hacemos con las heridas que tenemos en nuestro corazón?
Dios te bendiga
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/p1n7mpiI20c
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