Dios quiere ser nuestro amigo
Juan 15: 14-15
14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. 15 Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.
¿Te gustaría ser amiga de Dios? Ser amiga de Dios es una condición posible de alcanzar. Nuestro Padre Celestial está interesado en ser nuestro amigo; sin embargo, para serlo, se requiere que de nuestra parte exista un interés similar.
El Señor Jesús anunció que podríamos ser sus amigas (Juan 15:14). Él dejó claro el propósito que tenía de concedernos ese título especial. Dijo, además, que para ser sus amigas, deberíamos obedecer sus mandamientos.
La historia demuestra que sí es posible tener una amistad con Dios: Abraham, fue considerado por Dios como su amigo (Isaías 41:8; 2 Crónicas 20:7). Él fue fiel al Señor, vivió en consonancia con aquello que Dios esperaba de Él. Mantenía una íntima comunión y además, se fortaleció en la fe aun cuando las circunstancias adversas hacían parecer que no se materializaría aquello que Dios le había prometido (Romanos 4:18).
La fe constituyó el peldaño que le permitió a Abraham ser considerado "amigo" de Dios (Santiago 2:22-23). La vida de Abraham puso en evidencia que tenía su fe arraigada en Dios; a pesar de las dificultades su fe no menguó, sino que creció porque cada incidente que enfrentaba, lo llevó a depender más de Su Padre; mantuvo siempre la certeza de que Dios cumpliría todo aquello que le había prometido y además, fue agradable delante de sus ojos, Su fe lo llevó a obedecer porque conocía a su amigo.
No podemos olvidar que aquél que se hace amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios (Santiago 4:4). Para cultivar una amistad con Dios, es necesario tener una relación estrecha con Él y vivir de acuerdo a Su Palabra
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/dF3RGEHnG3c
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