Dios no necesita nuestra ayuda
Génesis 16
Versículo destacado 15 Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael.
En Génesis 16 encontramos la historia del primer hijo de Abram, no el de la promesa, sino Ismael. Ismael es hijo de Abram con Agar, la sierva de Sarai. Han pasado 10 años desde que Dios le prometió un hijo a Abram y todavía faltaban, según las cuentas de Dios, 15 años más. Sarai, que en ese entonces tenía 75 años, había agotado su fe y por lo que vemos Abraham también comienza a flaquear.
A Sarai se le ocurre un plan y se lo cuenta a Abram, el de tomar a su sierva, para que a través de ella pudiera tener un hijo. En esos tiempos la costumbre era que las esclavas debían someterse en todo a sus amas y como parte de esa sumisión, si la ama quería tener un hijo y no podía por ser estéril, ella le podía dar la esclava a su marido para que concibiera, entonces ese hijo pasaría a ser de la ama. A Sarai se le ocurre ayudar a Dios y adelantarse a Su promesa. Sin embargo, ese intento de buscar un atajo para los caminos y los medios del Señor es en vano y hasta el día de hoy vemos las consecuencias de querer tomar el asunto en sus propias manos.
Esta historia es una ilustración clara de lo peligroso y adverso que puede resultar tomar las promesas de Dios en nuestras propias manos. El tiempo de Dios es perfecto y debemos aprender a confiar y esperar en Él. La sugerencia de que Abram tomara a Agar para darle un hijo resultó en el nacimiento de Ismael, un niño que causó celos, conflictos no sólo entre Sarai y Agar, también entre él e Isaac (el hijo de la promesa) y hasta el día de hoy entre sus descendientes, y todo porque Abram y Sarai tuvieron la idea de querer "ayudar a Dios".
Dios no necesita nuestra ayuda, lo que necesita es nuestra fe y obediencia. Cuando Dios nos da una promesa Él la va a cumplir en Su tiempo, el cual es perfecto. Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, si Dios habló Él lo hará. Y vemos que, en Su tiempo, Sarai dio a luz a Isaac, y así entendió lo que una vez Dios le dijo, que no había nada difícil para Él. Y rió no de duda, sino de gozo al ver el cumplimiento de la promesa (Génesis 21: 6-7).
¿Qué promesa que Dios te ha hecho, aún estás esperando su cumplimiento?
¿Qué podemos aprender de la historia de Abraham y Sara en cuanto tratar de ayudar a Dios?
Oración:
Señor, que mi fe sea fortalecida y que aprenda a esperar tus promesas. que nunca olvide que tu tiempo es perfecto. En el nombre de Jesús, Amén
Dios te bendiga
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