Dios no escatimó darnos a Jesús
Romanos 8: 32
Tengo dos hijos, y puedo decir que el amor que siento por ellos es extremadamente grande, sin igual. Pienso que todas, las que tenemos el privilegio de ser madres, sienten igual que yo. Es que un hijo se llega a amar más que a nosotras mismas. Estoy segura que no estaría dispuesta a entregarlos por nada, ni por nadie.
En eso radica precisamente el amor de Dios, que entregó lo más grande y excelso que tenía, Su Hijo Unigénito (Juan 3: 16) por amor y en rescate por la humanidad pecadora. Ellos siempre estuvieron en perfecta unidad y voluntariamente, Jesús, asume su entrega sacrificial. En Jesús, Dios lo dio todo.
Ahora, si Dios entregó a su propio Hijo de esa manera, entonces, podemos decir que: Dios, junto con su Hijo, nos entrega gratuitamente y con seguridad todas las cosas. Si Dios no retuvo a su Hijo, no retendrá ningún bien para nosotras. Esta es la última sentencia y el clímax del Salmo 84:11: “nada bueno niega a los que andan en integridad”. ¿Cómo podría pensarse que Dios pudiera retener, después de esto, alguna bendición espiritual o temporal a su pueblo? o ¿Negarnos lo que realmente necesitamos?
Esto no quiere decir, que nos va a dar cualquier capricho o deseo vano que tengamos. Recuerda que al pedir debemos hacerlo conforme a la voluntad de Dios, es lo que la Palabra me enseña. Esa es la oración que tiene respuesta.
Esta es una verdad que debe revolucionar nuestra manera de pensar, nos debe dar la confianza de pedir al Señor, sabiendo que ya nos dio lo más importante para Él, y que estará dispuesto a darnos todas las cosas.
- Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/NCS1W0uB4do
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