Creadas para vivir en libertad
Lucas 4: 18-19
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor.
Una mañana que salí a caminar me encontré con una pequeña tórtola que revoloteaba por un árbol, encontrando ramitas para hacer su nido Esto me recordó que cuando tenía como 11 años, después de un paseo familiar, me encontré con un par de tortolitas y con el permiso de mis padres, las llevé a casa. Pero no había considerado que tenía un gato y se podrán imaginar que para tenerlas seguras, debía tenerlas lejos del alcance del minino. Así que opté por encerrarlas. Por supuesto terminaron muriendo. Ellas no pueden vivir cautivas, su naturaleza es vivir en libertad.
De igual manera tú y yo fuimos creadas para vivir en libertad, no en cautividad, no sólo hablando físicamente, sino emocional y espiritualmente. Muchas circunstancias de nuestra vida, pueden hacernos prisioneras: malos deseos, vicios, pecados ocultos, el dolor, errores del pasado, etc. Van creando cerco a nuestro alrededor, como rejas de las que difícilmente podemos salir, por mucho que queramos o intentemos.
La buena noticia es que en Jesús podemos encontrar la verdadera libertad. Jesús vino a dar libertad a los cautivos (por el pecado, por satanás, por el dolor, etc), vino a abrir las puertas de la prisión. Así describió Jesús, su ministerio: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4: 18-19). Esa es la buena noticia para quienes necesitan ser libres.
Ser libre en Cristo significa que Jesús es el Señor de mi vida y que, gracias a Su obra en mí, el pecado no controla mis acciones. Desde el momento en el que permitimos que Jesús reine en nuestras vidas, que nos llene con Su presencia y nos transforme, Él nos da las fuerzas necesarias para obedecerle. Con Su ayuda, decimos no al pecado y sí a la voluntad de Dios. Dejamos de ser esclavas del pecado y pasamos a vivir la vida plena que Dios anhela para nosotras. ¡Esa es la maravillosa libertad que tenemos en Él!
¿Cómo describe la Biblia la verdadera libertad?
En oración, pídele al Espíritu Santo que puede estar atando o esclavizando tu vida
Oración:
Señor quiero vivir en la libertad que ganaste en la cruz para mí. No quiero vivir en la esclavitud del pecado.En el nombre de Jesús, Amén
Dios te bendiga
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