Bendiciones que olvidamos
Salmo 103: 1-2
Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Tenemos un gran problema: tendemos a ser olvidadizas. Podemos recordar todo tipo de cosas, especialmente lo que otros nos han hecho o han dicho de nosotras, pero somo propensas a olvidar lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas. Tenemos una memoria larga cuando se trata de nuestros dolores y nuestras cargas, pero una memoria muy corta cuando se trata de recordar cuán bueno ha sido el Señor con nosotras.
David también tuvo este problema. En el Salmo 103: 1-2 David llama a su alma a recordar lo que ha hecho el Señor por él. Quiere despertar al hombre interior y entusiasmarlo con lo que tiene en Dios. David pide a su alma que haga dos cosas.Primero, llama a su alma a Alabar al Señor La palabra “bendecir” (Salmo 103:1) significa “arrodillarse con la idea de adoración y alabanza.” David sabe que Dios es digno de toda la alabanza que le podamos rendir adoración y David quiere que su alma se involucre en alabar al Señor.
En segundo lugar, llama a su alma a pensar en el Señor. Él desafía a su alma a no olvidar lo que el Señor ha hecho a su favor. Por cierto, olvidar es mucho más que simplemente no recordar algo, esta palabra lleva la idea de ignorarlo, de no tenerlo en cuenta. David quiere que su alma contemple todos los “beneficios”, todas las bendiciones que el Señor le ha dado.
A veces el alma olvida lo bueno que ha sido y sigue siendo Dios con sus hijos. ¿No es cierto que nos dejamos atrapar por los problemas y angustias de la vida, tanto que olvidamos lo que hizo Dios por nosotras? Con demasiada frecuencia, somos culpables de olvidar lo que Dios nos ha dado. Los beneficios del Señor nunca cambian porque Él es el mismo y no cambia (Hebreos 13:8) Resulta adecuado, así como hizo David, intencionalmente, recordar y hacer un inventario de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y adorarlo.
Toma un tiempo y realiza una lista con las bendiciones que últimamente Dios te ha otorgado
¿Por qué es necesario recordar intencionalmente lo que Dios hace por nosotras?
Oración:
Señor, no quiero olvidar ninguna de tus bendiciones, quiero cultivar un corazón agradecido que me lleve adorarte siempre, en el nombre de Jesús, Amén.
Dios te bendiga
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