Anhelo por la presencia de Dios
Salmo 63:1
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,
David comenzaba su día con Dios. En el Salmo 63: 1, dice que buscaba al Señor de madrugada. Se despertaba con deseo de Su presencia, y después de llenar su anhelante alma con la plenitud de Dios, exclamaba alabanzas y acciones de gracias al Señor. Al ser un verdadero adorador, David propuso en su corazón buscar a Dios desde temprano, dándole al Señor el primer lugar en su vida. Incluso, cuando llegaba la noche, mientras estaba en su cama, seguía pensando en su Padre celestial.
La petición de David era ver a Dios, contemplar su poder y su gloria (Salmo 63: 2.) Para David era un verdadero deleite esos tiempos en la presencia del Señor. Era lo único que podía satisfacerlo plenamente, por eso lo compara como agua a la tierra seca y árida.
Imagina tener un día así, lleno de gozo y de gratitud a Dios, desde temprano hasta la noche. Cuando apartamos el comienzo del día para pasarlo con el Señor, escuchando cómo nos habla a través de Su Palabra, a la vez que le abrimos nuestro corazón en oración, entregamos nuestro día en Sus manos, lo encomendamos a Él, buscando Su guía y dirección.
Nuestra bendición será aún mayor si nos mantenemos conscientes del Señor a lo largo del día, y al llegar la noche, agradecer Su fidelidad, y la manera como actúa cada día. Buscar al Señor no solo llena nuestra alma vacía, también acrecienta nuestra hambre de Él cada vez más.
¿Cuál era el anhelo más profundo de David?
¿Cómo podía satisfacer ese anhelo?
Dios te bendiga
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/kiZ-wYEIrPk
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