¿A quién te pareces?
Efesios 5: 1
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Hoy en día hay una generación que está pendiente de la apariencia más que de la esencia; sus redes sociales están llenas de fotos buscando muchos likes y su aprobación depende de lo que los demás digan de ellos. Su estima se mide con los parámetros de este mundo, buscando modelos humanos aparentemente perfectos, pero ninguno lo es. Dios quiere que le demos prioridad a la esencia, lo que hay realmente dentro de nuestro corazón, ya que la apariencia debe venir como resultado de la esencia.
Jesús es el único que nos puede mostrar una vida perfecta, porque lo fue en todo el sentido de la palabra. Modeló una vida perfecta para nosotras y se nos insta a alcanzar su perfección, que nada tiene que ver con lo físico, sino con lo espiritual, o sea, la esencia misma de Dios. Si hemos de imitar a alguien es a Dios mismo, como lo expresa Pablo en Efesios 5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”.
Para ello, tenemos que andar en amor; Efesios 5:2 dice: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”. La esencia misma de Dios es amor; 1 Juan 4: 8
La esencia tiene que ver con formar el carácter de Jesús en nosotras y ser llenas de amor, humildad, gracia y verdad. Por eso es tan importante conectarnos con la fuente espiritual correcta; Debemos dejar que el Espíritu Santo haga su obra en nosotras, limpiándonos y santificándonos, para que seamos transformadas a la imagen de Cristo.
¿Cómo cristianas a quién estamos llamadas a imitar?
¿Qué características de Cristo debemos imitar?
Dios te bendiga
Puedes escuchar este devocional en nuestro canal de Youtube en este link: https://youtu.be/TklengCN4zs
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