Valentía en la espera
Salmo 27: 14
Esperar puede ser doloroso y llenarnos de frustración y cansancio, en realidad es incómodo. El Salmo 27 fue escrito por alguien familiarizado con la incomodidad de la demora. Aunque David fue ungido cuando era adolescente para ser el rey elegido por Dios, esperó años por la corona prometida. En la brecha desconcertante entre su unción sagrada y su nombramiento real, cuidaba ovejas desapercibido, servía a sus líderes con lealtad y luchó contra los enemigos con valentía. Fue burlado por sus propios hermanos, traicionado por confidentes y perseguido por el gobernante que se suponía que debía protegerlo. Al final, David pasó más de una década huyendo antes de que Dios lo colocara en el trono.
Habría sido fácil para David perder la esperanza en Dios durante la espera. Pero el Salmo 27 cuenta una historia diferente. Cuando la situación de David no parecía coincidir con la declaración de Dios, decidió no huir del Señor, sino correr hacia Él. (Salmo 27:4). Mira lo que siguió escribiendo: “Espera al SEÑOR; Esfuérzate y aliéntese tu corazón” (Salmos 27:14). Entonces, si es posible tener otra actitud durante la espera.
Desde las sombras de nuestra propia espera, es tentador descartar las audaces palabras de David como un aliento vacío. Pero cuando consideramos la historia de David, nos damos cuenta de que no está expresando un elogio frívolo; está compartiendo un conocimiento que tanto le costó obtener: hay una manera de fortalecerse en la espera. David nos muestra la fuente de su fuerza diaria. David no solo esperó en Dios; pasó tiempo con Dios. Él adoró y oró, buscó la instrucción del Señor y obedeció, y ante todo celebró la fidelidad de Dios. Y cuando David entrelazó su esperanza con el corazón de Dios, encontró valentía en la espera.
Cuando nos acercamos a Jesús en nuestra espera, prestando atención a Su presencia y hablando honestamente con Él en oración, alimentando nuestra fe con Su Palabra y uniendo nuestra confianza a Su carácter, nuestra fuerza aumenta en lugar de decaer. Nuestra esperanza florece en lugar de menguar.
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