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Foto del escritorPrincesas y Guerreras

29 de Mayo del 2020

Actualizado: 17 jun 2021


Todo es por Su misericordia


Salmo 36: 10

Todo lo que existe, por Dios fue creado y, todos los que existimos, criaturas de Dios somos, de la misericordia de Dios está llena la tierra y “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” (Salmos 19:1) Dios grande y poderoso, es nuestro Dios, soberano y perfecto. “Todo lo que Dios quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.” (Salmos 135:6)

Abrimos nuestros ojos a un nuevo día y observamos a nuestro alrededor, el aire fluye imperceptible a nuestros pulmones, nos movemos, miramos como está el día, viene a nuestra mente lo que tenemos que hacer en el transcurso del día, damos gracias a Dios y oramos encomendando el quehacer del nuevo día al Señor, nos levantamos y seguimos nuestra rutina diaria, y todo ello, es por la misericordia de Dios; porque en su voluntad soberana, bien habría podido determinar que no abriésemos nuestros ojos a ese nuevo día. “Por la misericordia de Dios no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” (Lamentaciones 3:22-23)

El mundo nos dice que soñemos y luchemos por nuestros sueños y los alcanzaremos, que una mente positiva te lleva a lograr todo lo que quieres, que tu vida está en tus manos, que la felicidad es una decisión y muchas cosas semejantes; pero Dios nos dice: “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” (Romanos 9:16) “Encomienda a Dios tu camino, y confía en él; y él hará.” (Salmos 37:5)

La obra de misericordia más grande que Dios ha hecho con nosotros, es que nos dio vida cuando estábamos en nuestros delitos y pecados, en los cuales anduvimos en otro tiempo, (Efesios 2:1-3)

Dios nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro salvador. (Tito 3:5-6)

Ahora que por Cristo Jesús somos hijas de obediencia, vivamos en obediencia para que Dios no aparte de nosotros sus ojos, ni aparte de nosotros su misericordia.



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