Todo suficiente
Salmo 84: 11
Los peligros nos rodean a todo momento. Dentro de nosotras y alrededor de nosotras existen peligros visibles e invisibles. Algunos de ellos en cualquier momento podrían acabar con nuestra vida. Si eso es así, ¿Por qué entonces vivimos tan seguras? Porque el señor Dios es un escudo. El mundo, la carne y satanás, son enemigos reales y si no tenemos ayuda somos impotentes para librarnos de ellos y hacerle frente.
Tenemos maravillosas promesas de protección y cuidado de parte de nuestro Dios. Qué dulces son sus promesas. Dios concede amor, honor, protección y gloria.
Gracia inmerecida y gratuita. El Señor brinda generosamente su bondad a quienes que se conduce rectamente.
Pero aun siendo tan dulces las promesas de Dios, El que promete es mucho más grande, más dulce y mucho mejor en todo sentido. Aunque hayamos reclamado todas las promesas y hayamos abierto completamente nuestra boca, Él todavía es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos (Efesios 3:20). El Señor se deleita haciéndolo así.
Ninguna de las obras del señor puede revelar en toda su plenitud al Gran diseñador, al Gran ejecutor y al Gran sostenedor del universo y los pensamientos más elevado y la más viva imaginación de la mente humana puede elevarse y comprender lo infinito.
Nuestro Dios es Todo suficiente para guardar, para proveer a quienes esperan en Él.
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