El rey te mandó a llamar
2 Samuel 9:1-7.
Un día el rey David mando llamar a sus siervos y les hizo una pregunta: ¿Ha quedado alguien de la casa de Saúl a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? sus siervos le dijeron, hay un hombre que fue administrador de Saúl llamado Siba. El rey lo mando traer y le pregunto: ¿Queda alguien descendiente de Saúl con quien haga yo misericordia? Siba le respondió que había un hijo de Jonatán, pero esta lisiado de los pies (2 Samuel 9: 1-7)
David sin darle importancia a su condición física, Inmediatamente manda traer a Mefi-boset de Lodebar. Él llega atemorizado y se postra rostro al suelo creyendo que ha sido traído para morir. David ve a Mefi-boset, delante de él con apariencia de mendigo, lisiado de ambos pies, postrado hasta el suelo y lleno de miedo. ¿Cómo es posible que el hijo de un príncipe y nieto de un rey, estuviera en esa deplorable condición? Vivía en Lodebar, un lugar destinado para los desterrados, desposeídos y endeudados, de allá lo mandó a buscar David.
Entonces David le dice a Mefi-boset que no tuviera temor, que haría misericordia con él por amor a su amigo Jonatán, además le dice que comerá siempre a su mesa. Tal vez no se sentía digno de ese privilegio, pero no era por sus méritos, era por la misericordia de David.
La realidad es que nuestra vida ha sido algo similar a la de Mefi-boset, nos encontrábamos en la pobreza espiritual, relegadas y sin esperanza. No solamente lisiadas, sino muertas en nuestros delitos y pecados.
Pero un día Dios tuvo misericordia de nosotras y nos hizo traer hacia Él para ofrecernos salvación y esperanza.
Así como David buscó a Mefiboset para hacer misericordia, El Señor Jesús nos buscó a nosotras para ofrecernos Su amor y bondad.
Siendo merecedoras de castigo por nuestros hechos, Dios en su misericordia nos trae a su mesa para que disfrutemos de esos manjares que él tiene preparados para nosotras. "Ya no os llamare siervos, ... Pero os he llamado amigos." (Juan.15:15.)
Ven acércate... ¡EL REY TE MANDA LLAMAR!
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