Yugo desigual
2 Corintios 6: 14
La historia de Joram, rey de Judá, narrada en 2 Crónicas 21 es una prueba viviente como una mala relación, en este caso un mal matrimonio, puede deshacer lo que haya logrado una buena crianza. Criado por un padre y un abuelo piadoso, Joram se casa con la hija impía de Acab y Jezabel, abraza sus deidades paganas, y lleva a la nación de nuevo a la idolatría.
Las manzanas podridas tienen una rara cualidad. Por más manzanas buenas que uno empaque con una podrida, no puede hacer buena a la podrida. Pero si puede arruinar muchas manzanas buenas.
Lo mismo ocurre con las relaciones personales. Una amistad corrupta basta para alejarnos de Dios, aunque podamos estar rodeadas de personas justas… con tal que la amistad sea lo suficiente íntima y duradera como para ejercer su influencia corrupta.
Tus amigas y con quienes te relacionas impactaran tu vida. De allí que es una decisión muy importante. La Palabra nos dice en 2 Corintios 6: 14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. Esto no se refiere sólo a matrimonios con personas que no son cristianas, también relaciones de amistad, de negocios. Obviamente nos relacionaremos con personas no cristianas, pero aquí nos dice que no hagamos alianzas, no considerarlas tus amistades más íntimas.
Seguidamente el verso nos dice porque no debemos unirnos en yugo desigual: “no pueden tener comunión la luz y las tinieblas” la luz disipa las tinieblas, no se juntan.
Proverbios 13: 20, nos dice que el que anda con necios es quebrantado. Examinemos nuestras relaciones a la luz de esta Palabra. Si estas cortejando el desastre, haz los cambios necesarios.
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