Tu no eres accidente
Isaías 44: 2
Muchas personas han luchado con sentirse un accidente, se han sentido producto del azar, de la casualidad, muchas incluso han llegado a pensar que son un error; pero no lo somos. Es una verdad irrefutable que cada nacimiento no es un error, ni casualidad, ni fruto del azar. Debemos tener la certeza que nuestros padres no nos planificaron. Dios lo hizo. ¿Sabes? a Él no le sorprendió tu nacimiento, ni el mío.
Fuimos diseñadas en la mente de Dios, mucho antes de que fuéramos concebidas por nuestros padres. Él pensó en nosotras primero. Nacimos en el corazón de un Dios amoroso. Dios diseñó cada característica de nuestro cuerpo: nuestro color de piel, cabello, ojos, cada detalle. Es maravilloso pensar en que hizo nuestro cuerpo tal y como Él lo pensó.
Nos dotó de talentos y habilidades especiales, y escogió la fecha en que vendríamos a este mundo y el lugar de nuestro nacimiento. Todo estaba dentro de sus planes eternos.
Nada quedó al azar, nada es arbitrario, todo tiene un propósito y forma parte del plan de Dios para ti, aunque no lo creamos, ni lo sintamos así. Cuando entendemos esto, nuestro vida deja de no tener sentido, porque lo encontramos en quien nos creó.
¿Y sabes por qué te planeó tan minuciosamente? Por amor. Eres objeto del amor de Dios. Él te hizo para amarte, y esa es una verdad sobre la cual puede basar tu vida con toda seguridad, porque no serás defraudada por el amor de Dios. Dios desea que te relaciones con Él, y que puedas recibir Su amor y cuidado.
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