Un corazón agradable al Señor
Salmo 51: 17
En esencia un corazón agradable al Señor no es un corazón obstinado y rebelde como el
del rey Saúl (1 Samuel 15: 23). Por el contrario es un corazón que es guiado por Dios, que lo ama sobre todo y se deleita en su Palabra, es su delicia día y noche y la obedece.
En el Salmo 51: 17 nos muestra cual es el corazón que Dios no rechaza, es un corazón que reconoce su pecado y prontamente se arrepiente, permite que Dios lo limpie y corrija, que se rinde en sumisión a Su señorío y le sirve con una correcta motivación. Vemos el ejemplo de David, que si bien pecó y ofendió al Señor, reconoció su pecado y vino a un verdadero arrepentimiento. Pudo decir: “crea en mí, oh Dios, un corazón limpio” Salmo 51: 10
El corazón que agrada a Dios actúa con humildad, sin arrogancia ni orgullo. Está dispuesto a obedecer a Dios, antes que a los hombres (Hechos 13: 22), es un corazón sincero, en el que no se halla falsedad, ni mentira, un corazón que no se contamina con lo que está en su entorno. Es uno que se deleita en adorar al Señor en espíritu y verdad.
Esas características de humildad, arrepentimiento y servicio hacen que tengamos un corazón íntegro, al cual Dios nunca rechazará. Que podamos cultivar estas características en nuestras vidas, para que el Señor encuentre corazones que le sean agradables delante de Él.
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