La oración eficaz
Santiago 5: 16
¿Qué dice la Biblia acerca de la oración efectiva? Uno de los pasajes más citados acerca de la oración es Santiago 5:16: «La oración eficaz del justo puede mucho». Algunas personas tratan a este verso como si dijera que toda oración puede mucho. Pero al examinarlo más minuciosamente, vemos que sólo cierta clase de oración es la que puede mucho. Si alguna oración es efectiva, entonces algunas no lo son. ¿Cómo podemos diferenciar entre la oración efectiva y la inefectiva?
Santiago 5:16 y 17 responden la pregunta usando a Elías como ejemplo de oración efectiva. Cuando Elías oró para que no lloviera, no llovió por 3 años y medio. Entonces cuando oró para que lloviera, llovió. La oración efectiva es la oración que recibe respuesta.
¿Cómo podemos estar seguras de que cualquier clase de oración que hagamos es efectiva? Dos de las declaraciones de Jesús en el Evangelio de Juan nos ofrecen algunas guías claras: «Todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré» (Juan 14:13). Y «si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho» (Juan 15:7).
Pedimos en nombre de Jesús porque no tenemos autoridad. La nuestra es sólo autoridad derivada de Jesús. Pero Él nos da autoridad. Sin la autoridad de Jesús, la oración no puede ser efectiva.
Debemos habitar en Jesús. Cuando habitamos en Jesús, primero que nada llegamos a ser justas. No es que tengamos justicia en nosotras mismas, sino que Jesús nos imparte su justicia. La oración ferviente y efectiva de una persona justa puede mucho. Cuando habitamos en Jesús conocemos la voluntad del Padre, entonces oramos de acuerdo con Su voluntad del Padre. Las únicas oraciones que son respondidas son las oraciones de acuerdo con la voluntad de Dios. La intimidad con el Padre no sólo es la clave para la oración efectiva, es la esencia de la oración. La combinación de autoridad e intimidad hace efectivas a nuestras oraciones.
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