Insensatez
Deuteronomio 32: 28 – 29
Hoy viendo la televisión, mostraba muchas personas en la plaza principal de la capital en plena cuarentena, me pareció una completa insensatez y no pude evitar pensar en los versículos 28 y 29 del capítulo 32 de Deuteronomio. Allí el Señor le dice al pueblo de Israel que es una nación privada de consejo y falta de entendimiento.
Si bien, Dios les hablaba de la insensatez porque se habían olvidado de Él y habían seguido a dioses falsos. En realidad esa es la más grande insensatez que podemos cometer, dejar a un lado al Señor, darle la espalda, no tenerlo en cuenta en nuestras vidas y nuestras decisiones. Eso es una gran muestra de necedad.
Sin embargo, muchas veces mostramos necedad al no acatar y obedecer lo que Dios nos dice en Su Palabra. Además de eso, nos cuesta someternos a las autoridades y seguir las órdenes que nos dan, las cuales muchas veces son para nuestra propia seguridad y bienestar. En realidad si no obedecemos a Dios, nos costará someternos a cualquier autoridad.
Lo digo porque, específicamente en estos momentos de pandemia mundial, las autoridades gubernamentales y sanitarias han mandado que lo mejor es quedarse en casa, sin embargo, muchos han preferido salir y hacer todo lo contrario, como las ciento de personas reunidas en la plaza que vi por la televisión. Es que la naturaleza del ser humano es llevar la contraria y a desobedecer y después vienen las consecuencias de esa desobediencia y lo peor muchas veces se le echa a Dios o los demás por romper las leyes o normas.
Que no actuemos con insensatez dejando a un lado y desobedeciendo lo que Dios nos dice y no sometiéndonos a las autoridades.
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