Un refrescante avivamiento para el mundo
Hechos 3: 19 - 21
Pedro hace un llamado a retornar a Dios para limpiarnos del pecado, este retorno traerá un refrescante avivamiento como resultado de la presencia de Dios en nuestras vidas y para preparar el regreso de Cristo. A través de los siglos Dios ha invitado a los seres humanos de muchas maneras a que se vuelvan a Él, cambien de dirección y se conviertan. Podemos decir que en estos tiempos de pandemia, Dios está haciendo un llamado mundial a volvernos a Él. Quizá muchos lo están haciendo, arrepintiéndose y cambiando sus vidas, pero otros, sin embargo, no lo están buscando, lo siguen marginando, desconociendo y hasta negando.
Pero el mensaje del evangelio seguirá resonando en este mundo al cual Dios amó desde el principio y el agente restaurador es el Espíritu Santo que sigue llamando personas al arrepentimiento, convenciéndolos de pecado, justicia y juicio; y como Su iglesia debemos dejar que su poder y pureza fluyan a través nuestro.
La remoción de las cosas movibles o cosas humanas ha comenzado, para que el reino inconmovible de Dios se manifieste y la restauración divina comience restableciendo la condición original de tal manera que la condición final la supere. Es decir que Dios completará su obra y su plan de tal manera que renovará totalmente nuestro ser para que tengamos una verdadera relación de amor continua y eterna con Él, como lo había establecido desde el principio. Viene un gran avivamiento mundial, como lo profetizó Joel 2: 28-29, donde el Señor promete que derramará su Espíritu sobre toda carne y alude a una dádiva abundante, al igual que las lluvias que caen para restaurar la tierra, que sucederá en los finales tiempos cuando todo tipo de personas serán alcanzadas por el Espíritu Santo y se cumplirá lo que dijo el apóstol Pedro en Hechos 2:39 “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”. Esta promesa cumplida en primera instancia en Pentecostés y que culminará con la restauración de Israel y del mundo. Es tiempo en que sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.
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