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Foto del escritorPrincesas y Guerreras

24 de Septiembre de 2019

Actualizado: 13 jun 2021

Tu pasado no te define



Hebreos 11: 31


La historia de Rahab es fascinante. Aparece en la genealogía de Jesús (Mateo 1: 5) y además su nombre está en la galería de los héroes de la fe de Hebreos 11. Su historia la podemos leer en Josué 2. Cuando Josué envía dos espías a la ciudad de Jericó, ellos se hospedan en casa de esta mujer, quien los escondió para que no fueran alcanzados por los soldados del rey.

La Biblia no oculta el oficio de Rahab, era una ramera, además, como amorrea, pertenecía a un pueblo idólatra. Aún con esos elementos en contra, podemos ver en la vida de Rahab una muestra de fe (Hebreos 11: 31) El hecho de haber recibido a los espías y esconderlos mostró su fe hacia ese Dios de los cielos y la tierra, como ella misma testificó, confió en el carácter y el poder de aquel Dios del que ella había escuchado (Josué 2: 9 – 11).

Algo que podemos ver en la historia de Rahab, es que su pasado no determinó su futuro. Por su fe y la gracia de Dios sobre su vida, ella pasó de habitar en un pueblo pagano a ser parte del pueblo de Dios (Josué 6: 25)

No importa cuán grande haya sido nuestro pecado, pero en Dios hay redención y en Jesús somos hechas nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron (2 Corintios 5: 17). Rahab llegó a ser parte del pueblo de Israel por su fe, no por sus obras, ella escondió a los espías porque creyó en el Dios de ellos, su fe la llevó a actuar, fue una pecadora redimida.

Dios no hace acepción de personas y escogió a Rahab para formar parte de Su Pueblo y ser parte de los antepasados de Jesús, no importando lo que ella hubiese sido anteriormente.

Así que no importa lo que hayamos sido, el pasado no tiene que definirte, en Cristo eres hecha nueva.



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