El cumplimiento de la promesa
Juan 1: 14
Desde Génesis 3, inmediatamente después de la caída del hombre a causa del pecado, Dios prometió un redentor. Esta promesa la repitieron algunos de los profetas, como Isaías, que en el capítulo 9: 6 dice: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero; Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”
Cuando fue el tiempo oportuno, Dios preparó el escenario y todo lo necesario para la llegada de Su Hijo a esta tierra. Si leemos los relatos del nacimiento de Jesús, en los evangelios de Mateo y Lucas, donde está registrado Su nacimiento, nos maravillamos al ver como se cumplió todo lo que los profetas escribieron acerca de la venida del Salvador.
En el tiempo señalado fue enviado el ángel Gabriel a una joven de Nazaret para decirle que era la elegida para ser la madre del Mesías.
Entre otras cosas, Dios puso en el corazón del rey Herodes el Grande para que hiciera un censo y así José y María viajaron a Belén a registrarse. Las escrituras en el libro de Miqueas 5: 2, habían profetizado que nacería en Belén, un pequeño e insignificante pueblo. Cuando Jesús nació un coro de ángeles anunció que el Salvador había llegado y una brillante estrella guio a unos sabios de oriente que buscaron al recién nacido rey para adorarlo y ofrecerle ricos presentes.
Es impresionante como todo se cumplió. Esto nos demuestra una vez la infalibilidad de la Palabra de Dios. Jesús dijo: el cielo y la tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran” Mateo 24: 33
Así como Dios preparó todo y se cumplió lo referente al nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesús, tenemos la promesa que El vendrá por segunda vez y Dios está preparando el escenario para este magno evento que esperamos porque es nuestra esperanza. Cada día está más cerca su venida, el día en que el vendrá por su pueblo, por eso debemos estar preparadas y estar apercibidas de las señales que nos indican que se acerca el Rey.
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