Ora por otros
1 Timoteo 2: 1
Cuando hablamos de oración puede resultar sencillo centrarnos en nosotras mismas, en nuestras necesidades, nuestras familias, etc. Y resulta lógico que así sea, sentimos que nuestras necesidades son muy apremiantes, que nuestra familia necesita de nuestras oraciones, y en realidad no está mal.
Sin embargo, debemos aprender a incluir a otras personas, otras situaciones (que incluso, pueden resultarnos ajenas) al orar. En 1 Timoteo 2: 1-3, el apóstol Pablo exhorta a que oremos por todos, es decir, que aumentemos nuestra lista de peticiones. ¿Cómo lo hacemos? Empieza incluyendo a tus amigos, compañeros de trabajo, de estudios, y vas aumentando a los vecinos y otras personas que conozcas; de esa manera empiezas a interceder por otros, que no es otra cosa que ponerte a favor de otra persona delante de Dios.
En el verso 2, Pablo dice que incluyamos a nuestros gobernantes en nuestras oraciones. No dice si simpatizas con él, si votaste o no por esa persona, sólo dice que oremos por ellos para que vivamos quieta y reposadamente.
Si miramos a nuestro alrededor podrás encontrar muchas personas que necesitan de tu oración, primordialmente para que tengan un encuentro con el Señor, sino lo han tenido aún. El versículo 3 dice que a Dios le agrada que presentemos delante de Su trono a quienes lo necesitan, es una manera de ayudar a otros a llevar sus cargas (Gálatas 6: 2)
Una expresión de amor es orar por otros, así que empieza a incluir a quienes sepas que están en una situación difícil y ora por ellos. En la medida que dejas de centrarte menos en ti y presentas la carga del otro, Dios se hace cargo de la tuya.
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