Tres Jóvenes determinados y valientes
Daniel 3: 17 – 18
Que historia tan interesante se nos narra en el capítulo 3 del libro de Daniel, la historia de Sadrac, Mesac y Abed – negó. Tres jóvenes israelitas que habían sido llevados cautivos a Babilonia y que mostraron una fidelidad inquebrantable a Dios. Cuando el rey Nabucodonosor levanta una estatua para que todos la adoraran, ellos prefieren morir a obedecer la orden del rey. Ellos tenían por cierto que Dios no se agradaba de la idolatría y ellos a pesar de estar lejos de su tierra, decidieron obedecer y que Dios se sintiera complacidos con ellos.
El rey había ordenado que aquellos que no adoraran la estatua fueran echados al horno de fuego ardiendo. Lo realmente impactante es que los tres israelitas fueron los únicos que no adoraron la estatua, con determinación, audacia y valentía le dicen al rey que no lo harán y que Dios los podría salvar, sino lo hacía de igual manera no adorarían dicha estatua. Qué manera de hablarle al rey, con el denuedo que sólo Dios da.
Efectivamente el rey los echa al horno de fuego. Para sorpresa del rey, estos jóvenes no estaban solos en el horno, había alguien como “hijo de dioses”, según el parecer de Nabucodonosor, Dios estaba con ellos. Es impresionante como fueron guardados del horno de fuego ardiente, ni aún sus ropas olían a humo. No sufrieron ningún daño. Dios respaldó su obediencia.
Necesitamos mujeres, como estos valientes jóvenes, con una fe, confianza y fidelidad a Dios inquebrantable. Que no negocien sus principios ante todo lo que el mundo les ofrece. Que tú y yo podamos ser una de ella.
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