Vulnerabilidad
Filipenses 3: 12
Cuando los discípulos de Juan el Bautista el contaron las maravillas que Jesús estaba haciendo, envía a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús si “era el que había de venir” ¡Que extraordinaria es la Palabra de Dios, que no oculta las debilidades y errores ni aun de los grandes hombres y mujeres de Dios! Aquí Juan el Bautista, de quien Jesús diría en otra ocasión que era el mayor profeta nacido de mujer (Lucas 7:28), el profeta que había anunciado y presentado al Mesías prometido, el hombre rudo y valiente que no temió enfrentarse al rey Herodes, ahora, quizás por encontrarse en la cárcel, estaba dudando que Jesús realmente fuese “el que había de venir”.
¡Cómo no creer la Palabra de Dios, cuando detalles como éste demuestran total objetividad e su contenido! Pero también nos está dando una gran lección de sinceridad; de no aparentar una perfección que no tenemos; de saber nuestros defectos y errores, nuestra vulnerabilidad. Y hablando sinceramente cuan vulnerables somos.
Ser consciente de esa realidad es la única manera de permitir que se cumpla en nosotras Filipenses 1: 6 “estando persuadido de esto, que el comenzó la buena, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
No temamos sincerarnos con Dios, y porque no con otros y reconozcamos nuestras dudas, falta de fe y nuestros errores. No pretendamos haberlo alcanzado todo, no somos perfectas, prosigamos a la meta (Filipenses 3:12). Recuerda somos santas en construcción.
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