Tengamos paciencia
Santiago 5: 7 - 8
La paciencia es saber esperar. Vemos como la falta de paciencia es general en esta vida loca que vamos llevando de carrera, convencidas que tenemos que hacer todo ya, el afán que tenemos nos da la sensación que no hay tiempo para esperar.
En estos días, con un incidente casero, comprobé la poca paciencia que tengo. Hace poco mi cuarto se atrancó y no encontré la llave. Mi reacción fue mandar a abrir la puerta con un cerrajero lo que obviamente salió costoso, a las pocas horas encontré las llaves. Si hubiese tenido un poco de paciencia para buscar las llaves no hubiera tenido que estar ese dinero, pude ver las consecuencias de la impaciencia, en este caso fue dinero.
En realidad somos impacientes por naturaleza. Se que no es fácil pero debemos practicar la paciencia. Paciencia para esperar en Dios y su respuesta, que a nuestros ojos puede tardar, paciencia en el trato con los demás. Así como Dios mismo y otras personas tienen paciencia con nosotras. Por eso la clase de paciencia que Dios espera de nosotras la puede producir el Espíritu Santo en nuestra vida. En Gálatas 5: 22 una de las manifestaciones del fruto del Espíritu Santo es la paciencia
Santiago 5: 7 pone el ejemplo del labrador, de ese campesino que siembra la semilla y espera, con paciencia, a que esta germine, crezca y de el fruto esperado para poder cosechar.
La paciencia es una de las mejores cualidades que Dios nos regala ya que nos imprimen esperanza. Pidamos a Dios audacia, fe y valentía para para esperar y así demostrar nuestra fe.
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