Obedecer es mejor que los sacrificios
1 Samuel 15: 22
¿Agrada a Dios que uses el tiempo de tu trabajo para preparar la clase de escuela dominical que das a los niños? ¿Qué de ir a 60 km/h vaya a 100 km/h, donde no es permitido, para no llegar tarde al culto? ¿Mentir en tu declaración de tus impuestos, para dar los beneficios de tu “matemática creativa” a Dios?
Hay cuestiones fundamentales detrás de estas y otras tantas situaciones que puedes enfrentar en la vida: ¿Cuán importante es la obediencia a la Palabra de Dios? ¿Es el guardar sus mandamientos más importante que tratar de hacer algo que crees que le place más a Él?
Saúl, obedeció a medias (si es que puede haber obediencia a medias) el mandato que Dios le dio por medio de Samuel. Él debía exterminar a los amalecitas en su totalidad (1 Samuel 15), el deja con vida al rey y lo mejor del ganado (para ofrecer sacrificios a Dios). Por eso Dios decide quitar el reino de manos de Saúl.
Saúl es un ejemplo de alguien que se esforzó en hacer la obra de Dios, pero no a la manera de Dios. Él pensó que Dios pasaría por alto su obediencia a media, si presentaba un buen sacrificio. Esto le costó el reino y fue desaprobado por Dios, desechado por Él.
Cuando Dios habla ¿escuchas? Y entonces ¿actúas en conformidad a lo que Dos ha hablado? Que podamos aprender la lección que Saúl no pudo aprender: “el obedecer es mejor que los sacrificios, y prestar atención mejor que la grosura de los carneros (1 Samuel 15: 22)
No obedecer a Dios lleva sólo a un corazón destrozado. Nunca olvides que sólo el que cree es obediente; sólo el que es obediente cree.
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