La necesidad de orar
Mateo 26: 41
Muchas personas se excusan en decir que no oran porque Dios ya sabe cuáles son sus necesidades, si bien es cierto Dios es Omnisciente, es decir que todo lo sabe, eso no quiere decir que no tengas que orar, porque si fuera así, ¿Por qué entonces oraba Jesús? Jesús es un ejemplo vivo de una vida de oración. En varios pasajes de los evangelios podemos notar como siempre apartaba un tiempo para orar, motivaba a sus discípulos a que oraran para que no cayeran en tentación (Mateo 26: 41), un motivo más que suficiente para dedicar tiempo a la oración.
Ahora bien, ¿Cómo está tu vida de oración?, si pudiéramos poner nota a tu vida de oración ¿Cuánto le pondrías?, ¿10?, ¿9?, ¿8?, o siendo realmente sincero andas por el ¿5?, ¿4?, ¿3?, o para ser más realistas quizá andas rozando el ¿0? No se trata de señalarte o avergonzarte por la vida de oración que llevas, sino más bien de hacerte recapacitar sobre la importancia que esto tiene en la vida espiritual.
Quizá últimamente te has sentido débil ante la tentación, quizá te has sentido sin fuerzas o muy cargado por las cosas de la vida, sería bueno que te preguntaras: ¿Cómo está tu vida de oración?, lastimosamente la mayoría de nosotras cuando nos sentimos débiles, cansados o turbados, dejamos de orar, dejamos de tener la comunión necesaria con nuestro Padre para podernos fortalecer, error que el enemigo aprovecha para querer sacar ventaja.
Es momento de comenzar a cultivar una vida diaria de oración, Jesús fue enfático en recomendar a sus discípulos a que oraran. La oración es fuente de victoria, porque a través de ella podemos fortalecer nuestra relación personal con nuestro Señor y con ello hacernos más fuertes para poder resistir las asechanzas del enemigo. Te invito a que comiences a forjar en tu vida un hábito diario de oración, empieza por cinco minutos y después vas aumentando paulatinamente el tiempo, hasta que te sea imprescindible hablar con tu Padre Celestial. Él estará feliz de hablar contigo.
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