Guarda la Palabra de Dios en tu corazón
Salmo 119: 11
Los ataques del enemigo son muy sutiles. Unas veces es un ataque frontal, como una invitación a pecar en un momento de debilidad (como en el caso de David y Betsabé; 2 de Samuel 11: 2), Otras, él usa maquinaciones engañosas para hacerte caer en un acto pecaminoso (como Eva en el huerto del Edén, Génesis 3:1- 6). Pero para tentación contamos con una defensa: la Palabra de Dios (Salmo 119: 11). David lo expresó muy claramente, guardar, atesorar la Palabra de Dios en nuestro corazón nos ayuda a defendernos en el momento de la tentación.
Jesús lo sabía muy bien. Tres veces Él respondió a los ataques de Satanás con la palabra (Mateo 4: 1- 11). Para cada una de estas tentaciones, con autoridad citó versos de las Escrituras. ¿Conocemos la Biblia lo suficiente como para hacer lo mismo? ¿Tenemos, como Jesús, porciones de la Palabra para usarlos contra cada tentación?
Piensa por un momento en que áreas de tu vida eres más vulnerable a la tentación: arranques de ira, preocupaciones, chismes, etc. Luego localiza y memoriza un versículo que especialmente hable de esa necesidad. Así ante la tentación podrás usarlos. Sino lo has hecho te animo a que empieces a memorizar versículos bíblicos, guárdalos en tu corazón como un tesoro, no sólo ante la tentación, en momentos d tristezas, de duda, de pruebas verás lo útil que son y traen a tu alma la paz que necesitas. La Palabra está a nuestra disposición, sólo tenemos que acercarnos a ella, aprenderla, meditar en ella y hará en nosotras lo que Dios ha dispuesto que haga.
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