La Biblia como un espejo
Santiago 1: 19 - 24
¿Cuántos viven hoy olvidados de sí mismos, o sin siquiera conocerse? La Biblia, según este versículo es un espejo. ¿Y para qué sirve un espejo? Para ver nuestra cara y saber cómo somos. Así como el espejo refleja nuestro rostro, la Biblia nos dice cómo somos en realidad, con la diferencia de que, mientras el espejo refleja nuestra fisonomía exterior, la Palabra de Dios refleja nuestro ser interior.
Y así como las personas tienen diferentes actitudes frente al espejo, también hay diferentes actitudes frente a la palabra de Dios. Hay personas que se acercan a la Palabra de Dios, pero con excesivo amor de sí mismos, de modo que creen verse reflejadas en ella pero sin mancha ni pecado. La imagen que ven de sí mismos es una imagen distorsionada y alejada de la imagen que la Biblia realmente refleja de ellas. Por eso, todos los versículos que hablan de pecado sólo los utilizan para juzgar a los demás, pues no ven en la Palabra de Dios reflejados sus propios pecados. Son personas que se creen perfectas y utilizan la Biblia solo para auto exaltarse, creyéndose un gran ejemplo de todos los dones y virtudes de que la Biblia habla.
Otras personas con humildad se examinan a la luz de las Escrituras.
El espejo de la Palabra de Dios nos refleja nuestra imagen real y nos llama al arrepentimiento, cuando sea necesario. Como cuando vemos nuestro rostro en el espejo y arreglamos maquillaje o nuestro cabello. Que podamos mirarnos internamente en el Espejo de la Palabra de Dios y dejar que ella refleje lo que verdaderamente hay en nosotras.
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