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Foto del escritorPrincesas y Guerreras

18 de Marzo del 2020

Actualizado: 15 jun 2021


Queremos un rey



1 Samuel 8: 20


Si vemos el contexto de la petición del pueblo de Israel en 1 Samuel 8: 20, se da cuando Samuel el juez y profeta del pueblo, es un anciano y sus hijos, quienes eran los sacerdotes, no andaban en los caminos de su padre. Aparentemente esa era la motivación, como los hijos de Samuel, no eran como él, no serían unos buenos jueces y por lo tanto necesitaban un rey que los gobernara.

Sin embargo, la verdadera motivación de esa petición iba más allá, en realidad Israel querían un rey como las otras naciones. Aquí cabe el adagio: “el pasto del otro lado es más verde”. Desearon lo que las naciones vecinas tenían, lo que a su parecer era muy atractivo.

Dios había escogido Israel como un pueblo especial para Él, quería ser su Dios y su rey. Él quería ser quien gobernara sobre ellos, una teocracia. Israel debía someterse completamente al Señor. A diferencia que las naciones vecinas que tenían un rey sobre ellos, Israel no necesitaban un rey que los gobernara, Dios mismo era su rey y su máxima autoridad, por eso Dios le dice a Samuel que no es él a quien han desechado, sino a Él mismo.

Israel tuvo en poco el ser un pueblo especial, santo, escogido y diferente. Quiso ser como sus vecinos, no sólo en el hecho de tener un rey, sino que poco a poco fueron adoptando las costumbres paganas de estos pueblos, e incluso adoraron a sus “dioses falsos”. Dios deseaba mostrar a través de su pueblo un estilo de vida santo.

La verdad es que no es fácil ser diferente, ir en contravía a la corriente por la que van la mayoría. Sin embargo, estamos llamadas a ser diferentes, atrevernos a marcar la diferencia. Pablo le escribe a los corintios (1 Corintios 12: 2) que no se amolden a este siglo, es decir, al sistema que rige en el mundo. Debemos someternos al señorío de nuestro Dios.



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