Nuestros propios intereses
Hageo 1: 3 - 6
Los seres humanos somo tripartitos: espíritu, alma y cuerpo. Generalmente cuidamos de nuestra parte física, nuestras emociones, y por último nuestra parte espiritual. Primero está nuestra familia, trabajos, negocios y si queda tiempo nuestra parte espiritual.
Con nuestro espíritu nos comunicamos con Dios, recuerda que El es Espíritu. Lastimosamente a esta área no le invertimos mucho, cuanto tiempo y dinero le invertimos a nuestras necesidades físicas. No desperdiciemos nuestro tiempo y recursos tras cosas que son efímeras.
Cuando trabajamos y nos esforzamos sólo en lo físico nos desgastamos y esforzamos en vano, recuerda que a la par de nuestras necesidades físicas debemos satisfacer nuestra área espiritual. Si sólo atesoramos y enriquecemos nuestra vida física sentiremos frustración y será nuestra ruina espiritual.
En Hageo 1 el Señor nos hace llamar la atención sobre nuestro corazón y nuestra vida espiritual. Cuando Dios no ocupa el primer lugar en nuestro corazón todo lo demás será inútil y vano.
Es tiempo que pongamos en orden nuestra vida y demos a Dios el primer lugar y nos ocupemos en nuestra relación con El. Que después no tengamos que lamentar que lo vano que fue ir detrás de lo material, recuerda que lo material es añadidura de buscar a Dios primero. (Mateo 6: 33)
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