Indican que algo anda mal
Salmo 139: 23- 24
El mal olor nos indica que algo se está descomponiendo o ya está podrido. Cuando echamos restos de comida en el contenedor de la basura, en un par de día estará descompuesta y el olor será desagradable por lo putrefacto que está. De igual manera en nuestra vida hay señales que indican que estamos dejándonos llevar por la amargura y pronto todos los que están a nuestro alrededor lo notaran.
La manera en que reaccionamos es una indicación crucial de lo que está pasando verdaderamente dentro de nosotras. Un poco de putrefacción se extiende rápidamente y con furia si no se resuelve rápidamente. Y muchas veces una herida abierta llega a ser una herida desatendida que afecta a otros. Por eso es esencial prestar atención a nuestras reacciones y estar atentas a los indicadores de la amargura escondida mientras le pedimos al Señor que nos señale actitudes dañinas en nuestros corazones hoy.
En nuestro versículo clave, se nos recuerda de la súplica del rey David al Señor, “Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna” (Salmo 139:24). Debemos tener esta misma actitud cuando se trata de nuestras propias vidas.
Cuando personas, asuntos o situaciones chocan con nuestra felicidad, no está mal sentirnos molestas. Pero, si ese enfado nos lleva a una reacción exagerada al problema en cuestión, podemos estar seguras de que el origen de la situación es una herida sin atender. No es agradable reconocer estos indicadores pero no podemos resolver lo que no reconocemos. Y aquí está la belleza de la situación: cuánto más rápido vemos la causa del pudrimiento, más rápido podemos invitar a Dios a ayudarnos en la situación para enfrentarnos a nuestro dolor, sanar nuestro corazón y deshacernos del mal olor. Podemos asegurarnos de no estar multiplicando ni una pizca del daño que nos han hecho.
Comments