Ora en todo tiempo
1 Tesalonicenses 5: 17
Orar en todo tiempo no significa estar todo el día encerradas en un cuarto y de rodillas, como podríamos suponer. Es estar todo el tiempo en conexión con el Señor. Y sí que necesitamos esa conexión con nuestro Dios. Por eso la oración se constituye en algo así como nuestro aliento. Debe ser algo tan natural para nosotras como el respirar.
Jesús, en su vida terrenal nos dio ejemplo de eso. El apartó tiempos para estar a solas con el Padre, lo podemos ver en la Palabra, pero también es cierto que en todo momento estuvo conectado con Su Padre. Jesús conocía que necesitaba la fortaleza que Dios podía darle. Como hombre le era muy necesaria para afrontar todo lo que demandaba su ministerio. Si Él siendo el Hijo de Dios mantuvo una vida de oración, cuanto más ¿tú y yo?
Necesitamos todos los días ser fortalecidas en nuestro ser interior. La oración es el medio para recibir fortaleza, nos renueva, con ella podemos dejar nuestras cargas delante del que todo lo puede, del que hizo el universo. Es hacer un intercambio de nuestras cargas y dificultades y recibimos paz y descanso.
Tú y yo podemos ejercitar el orar sin cesar, en medio de nuestra cotidianidad estar en contacto con el Señor. Es muy importante apartar tiempo para escucharlo pero recuerda que Él está disponible siempre. Que puedes llegar en cualquier momento y circunstancia, las 24 horas del día, todos los días de la semana. Es maravilloso que puedes acercarte cuando lo desees al trono de la gracia.
Debemos aprender a orar por todo y en todo momento.
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