Por qué te finges otra?
1 Reyes 14: 6
En 1 Reyes 14 encontramos a un hombre llamado Jeroboam, que usaba máscaras y también se las hacia poner a su esposa, le gustaba simular. Pero un día un gran problema lo superó y decidió buscar la ayuda de Dios, de una manera algo extraña. Él envía a su mujer al profeta, pero le pide que fuera disfrazada, para que no la reconocieran.
Esta mujer fue obediente a su marido poniéndose un disfraz para que nadie la reconociera, el profeta Abías al que ella iba a consultar estaba ciego, pero Jehová le avisó que ella iría a verlo y que venía disfrazada. Al escuchar el profeta el sonido de los pies de la mujer dijo: “Entra mujer de Jeroboam ¿Por qué te finges otra?"
No sé si te ha pasado, pero hay ocasiones por conveniencia quisiéramos ser otras y disfrazarnos. En el caso de este rey, él quería conseguir una respuesta de un hombre de Dios, pero de manera encubierta, no era transparente su forma de proceder, mostró ser astuto. No quería que supieran que consultaba a Dios en lugar de a los ídolos que seguía el pueblo.
El fingirnos otra persona nos hace perder identidad, traerá vergüenza a nuestra vida porque quedaremos como mentirosas.
Algo muy triste cuando fingimos es que no podemos disfrutar nuestra vida verdaderamente por estar complaciendo a otros.
A la mujer de la historia al llegar a la casa del profeta, este le profetizó diciéndole que Dios ya no quería tener más trato con Jeroboam, él lo había ofendido mucho, lo había dejado, lo había ignorado por completo y ella había sido partícipe de esta traición.
No fuimos hechas para vivir ocultándonos de Dios, Fuimos creadas para vivir una vida plena en Cristo. Debemos ser nosotras mismas, para que cuando las personas nos vean no vean una imagen falsa de nosotras, sino que nuestra vida sea como un espejo para otras, que pueda traslucir a una mujer firme, segura y completa, en donde otros vena la imagen de Dios.
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