Saber escuchar
Santiago 1: 19
A todas nos gusta que nos escuchen cuando decimos algo, que presten atención a nuestras palabras. En realidad, cuando no escuchamos a los demás, estamos siendo descorteses con ellos. Alguien dijo algunas vez: “que tenemos dos oídos y una boca, para recordarnos que es más importante escuchar que hablar”. Puede que tenga algo de razón, somos muy dadas a hablar a la ligera, a veces, incluso sin escuchar bien lo que nos han dicho.
Piensa un momento las veces que has respondido algo, sin tener plena certeza de lo que estaban preguntando. No se a ti, pero a mí me ha pasado.
Si es importante escuchar a los demás, cuanto más escuchar lo que Dios tiene para decirnos. Es tan fácil descargar nuestro pliego de peticiones ante el Señor, sin escuchar su voz y lo que tiene que hablarnos, En Santiago 1:19, nos exhorta a ser prontas para escuchar. Dios se quejó con el pueblo de Israel que no escuchaban lo que tenía para decirles. (Jeremías 7: 13)
Escuchar implica prestar atención, para saber con claridad que nos están diciendo. Nos evitaríamos tantos malos entendidos si pusiéramos toda nuestra atención cuando nos están diciendo algo. No es sólo un acto de educación, sino también de interés por la otra persona y por lo que quiere decirnos.
Que nuestros oídos espirituales estén abiertos para escuchar al Señor, claro que después de escuchar viene lo más importante obedecerle. No ser oidoras olvidadizas (Santiago 1: 22)
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